Empleada HogarEs creciente el número de trabajadoras domésticas que ayudan a las familiar con su labor profesional diaria, limpiando, ordenando, haciendo la compra y la comida, a veces también conduciendo un automóvil si es necesario, acompañando a las personas enfermas, ancianas o dependientes o a los más pequeños de la familia…

Es normal que así sea, pues la sobrecarga laboral y las dificultades de compatibilizar tareas domésticas con la normal vida laboral y profesional de muchas personas, es algo candente y omnipresente en los tiempos que corren. Los beneficios de una empleada del hogar comienzan, pues, por algo tan básico y primordial como es descargarnos de unos quehaceres que, por la muy laboriosa y ocupada vida diaria que llevamos, nos resultan imposibles o enojosas de afrontar y resolver. No podemos conseguir que el día tenga más horas, pero sí que alguien nos ayude a poseer más tiempo para estar con los nuestros o para solventar otros asuntos que tengamos pendientes.

Según la Organización Internacional del Trabajo, existen más de 630.000 empleadas domésticas con Seguridad Social en España. Posiblemente exista otras tantas que se vean obligadas a trabajar en negro, pero hay que precisar que no asegurar a la empleada doméstica con todos los requisitos legales establecidos, conlleva una más que considerable sanción económica para el empleador que proceda de esta forma desleal e ilícita.

Pero ¿cuáles son los beneficios al contratar a una empleada de hogar?

Los beneficios de una empleada del hogar pueden darse desde la perspectiva de la propia empleada o del empleador.

Desde la perspectiva de la empleada serían más o menos los siguientes:

  • Tiene derecho a bajas y tiempos de permiso, sea por enfermedad, maternidad, lactancia, accidentes… Se trata de situaciones, accidentes y contrariedades de la vida que quedan cubiertos por el seguro público y que garantizan que las trabajadoras no hayan de perder su trabajo ni verse represaliadas por satisfacer determinadas necesidades básicas o por reponerse de una enfermedad, lesión, etc.
  • Régimen de descansos. Los hay entre una jornada y otra, entre comidas… Evitan el trabajo extenuante y el excesivo desgaste físico, que puede acarrear secuelas graves a la salud física y psíquica de la trabajadora. Además, esta tendrá derecho a un descanso mínimo de 36 horas ininterrumpidas cada semana, que deberá cumplirse con preferencia entre la tarde del sábado y el domingo, ambos inclusive.
  • Vacaciones. La trabajadora tiene derecho a 30 días anuales de vacaciones, a elegir un 50% entre ella y el porcentaje restante por el empleador. A ello hay que agregar, además, los 14 días de fiesta anuales.
  • Pagas extraordinarias. La empleada doméstica tiene derecho a percibir dos remuneraciones de carácter extraordinario cada año. Tales pagas habrán de concertarse con el empleador.
  • Jubilación. Además, la cotización de la trabajadora en la Seguridad Social podrá servir para garantizarle una jubilación digna mediante la correspondiente pensión.

Pero también desde la perspectiva del empleador existen diversos beneficios muy a tomar en consideración:

  • Todas sus necesidades domésticas y de acompañamiento a familiares se verán atendidas.
  • Existen varias formas de contrato, que se adaptan con la debida flexibilidad a las necesidades y exigencias concretas de cada empleador. Dos ejemplos clave son el contrato de interna (para aquellos que necesitan a una empleada doméstica cuya presencia en el domicilio sea más o menos permanente y constante, dentro de lo posible) y el de externa (sólo por unas cuantas horas, para quien no necesite más o no pueda pagarlo).
  • La empleada doméstica posee un conocimiento preciso y especializado de los productos de limpieza que cada superficie específica necesita, para que el hogar esté siempre impecable.
  • La contratación es muy sencilla y no implica grandes trámites burocráticos. Desde mSoluciona Goya nos encargamos de todos los trámites necesarios para realizar la contratación.
  • Y la última y más importante ventaja (en la esfera económica) para el empleador: contratar a una trabajadora doméstica conlleva beneficios fiscales. Por ello, recibe un 20% de descuento en la cuota a pagar en la Seguridad Social.

Los beneficios de una empleada del hogar son considerables, y la relación puede ser lo bastante fructífera como para proporcionarnos el hogar limpio, ordenado y en armonía familiar al que todos aspiramos.