Fractura de caderaLa rotura de cadera en ancianos es un problema considerable en edades avanzadas por las complicaciones de salud que puede llevar consigo. La fractura de cadera en adultos mayores representa un problema de salud con una incidencia elevada y con serias consecuencias para el enfermo y su entorno

En gran parte de los casos, la falta de movilidad, y como consecuencia la dificultad para caminar, provoca un mayor riesgo de sufrir tropezones o caídas. También se produce el problema sobreañadido de que las caídas originan en el anciano un síndrome psicológico de temor a nuevas caídas, por lo que la persona mayor limita severamente su propia movilidad ante el miedo a sufrir nuevos accidentes, y esta menor actividad física y movilidad pueden conllevar asimismo consecuencias indeseables para la salud de esta persona.

Se estima que la máxima masa ósea se alcanza a los 30 años de edad y a medida que pasan los años el hueso se va debilitando. Las mujeres después de la menopausia y los hombres mayores de 70 años son los más afectados por fracturas de cadera.

¿Cómo se produce una fractura de cadera en ancianos?

Tal y como hemos comentado, la pérdida de masa ósea y el debilitamiento de los huesos en los ancianos les hace ser más propensos a sufrir una fractura de cadera. El uso de algunos medicamentos, la dificultad en la visión y la falta de equilibrio suelen ser la principal causa de tropiezos y caídas, aunque en algunos casos en personas con huesos muy débiles, una fractura de cadera se puede producir simplemente al girar estando de pie. He aquí una razón por la que la persona anciana ha de ser cuidadosa con su salud ósea y tomar las precauciones adecuadas. La fractura de cadera en personas mayores puede sobrevenir por movimientos bruscos y tropiezos, por lo que es necesario ser precavido.

La fractura de cadera supone una rotura del fémur de la articulación de la cadera. Esta articulación es la que une el fémur y la pelvis y tiene forma de “bola y cavidad”.

La fractura puede ser total o parcial, y se clasifican según el área de la ruptura.

Los tipos más comunes son:

Fractura intertrocantérica. Es la que se produce a una distancia de tres o cuatro pulgadas de la articulación de la cadera en la que no se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el hueso y tiene un mejor pronóstico de curación. Se trata de la modalidad más leve de fracturas de cadera, y por tanto, la que menores repercusiones ocasiona en la salud del adulto mayor.

Fractura del cuello femoral. En este caso la distancia a la articulación de la cadera es inferior. Se da principalmente en los enfermos de Osteoporosis y suele ser más difícil de reparar. Máxime porque, como ha de tenerse muy en cuenta, la osteoporosis torna los huesos más porosos y por lo tanto más frágiles, por lo que las fracturas resultan de mucho más difícil reparación y rehabilitación.

¿Cómo prevenir una fractura de cadera en personas mayores?

La Osteoporosis y la debilidad de los huesos suele ser el principal factor desencadenante para una fractura. Hacerse una densitometría suele ser lo más indicado. Si los resultados reflejan una densidad ósea por debajo de lo normal se corre el riesgo de padecer osteoporosis y el médico puede indicar la toma de algunos medicamentos que frenen la pérdida ósea.

El ejercicio físico es fundamental para mantener un buen tono muscular. La actividad con pesas puede aumentar la densidad ósea, mejora la fuerza y la coordinación para evitar caídas.

Por otro lado, mantener los correctos niveles de Vitamina D, calcio y consumo de proteínas fortifica los huesos. Un estudio concluyó que quienes consumían menos de 46 gramos de proteínas por día sufrían un 50% menos de fractura de cadera.

Es de vital importancia que en los hogares en los que vivan adultos mayores se evalúen los elementos que puedan provocar tropiezos o caídas. Cables, alfombras, revistas o periódicos y, sobre todo, mantener una iluminación adecuada.

Recomendaciones ante una rotura de cadera en ancianos

Seguir las indicaciones del fisioterapeuta es fundamental a la hora de establecer las pautas correctas en el tratamiento después de una rotura de cadera en ancianos, al igual que seguir el tratamiento farmacológico tal y como haya indicado el médico.

Suele estar indicado el uso de medias de compresión después de la intervención para facilitar la circulación sanguínea y evitar ciertos movimientos tales como:

Doblar la cintura por debajo de la cadera

Cruzar las piernas mientras se está sentado o acostado

Subir la pierna por encima de la cadera

Usar ayudas que puedan evitar agacharse (alcanza objetos)

No permanecer sentado en la misma posición durante más de 30 minutos

La posición más adecuada para dormir es boca arriba y evitar que todo el peso del cuerpo recaiga en el mismo lado

La rotura de cadera en personas mayores ha de afrontarse siguiendo una serie de pautas y consejos que harán más soportables los síntomas y más veloz la curación.

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