En mSoluciona Goya somos especialistas en cuidado de personas mayores y enfermos de alzhéimer y demencia y, como profesionales del sector, queremos aportarte toda la información posible acerca de cualquier aspecto o duda que te pueda surgir.
Hoy vamos a centrarnos en los cuidadores, que desempeñan un papel fundamental en el tratamiento de las enfermedades con deterioro cognitivo.
Las ganas de proteger a los familiares o seres queridos hacen que muchas veces se cometan errores en sus cuidados, acelerando la perdida de algunas de sus facultades y su dependencia.
Sabemos que el nivel de dependencia de personas que sufren demencia va en aumento conforme pasa el tiempo, lo que provoca en el cuidador una sensación de querer estar pendiente de cada detalle y así tratar de evitarle cualquier esfuerzo. Sin embargo, esta forma de actuar por parte de los cuidadores es un error que empeora su nivel cognitivo y funcional, además de su autoestima y dignidad.
Al tratar de evitar que realicen sus propias tareas nos aseguramos que todo esta bien, pero el anciano se puede sentir más incapaz cada día y de esta forma fomentar esa sensación tan recurrente en la tercera edad de no considerarse útiles.
Las personas dependientes tiene la necesidad constante de pedir ayuda para poder llevar a cabo determinadas tareas, pero ese grado de dependencia se acrecienta muchas veces debido a una serie de factores externos, como el ambiente físico, comportamiento y actitudes de las personas que le rodean.
Es evidente que las personas con demencia tienen problemas para realizar con normalidad las actividades diarias que han hecho siempre, pero el deterioro es progresivo y no de un día para otro, de tal modo que conservan sus facultades físicas y cognitivas en el mejor estado y durante mucho tiempo. Es en estos casos en los que el papel de la personas cuidadora es primordial para ayudar a mantenerlas durante la mayor duración posible. Lo que debe hacer el cuidador es ayudar a realizarlas, participar con ellos en la actividad, pero nunca sustituirles. Hay que tratar de estimular y potenciar sus capacidades y así garantizar su autonomía y hacerles sentir que continúan siendo útiles. De esta forma se consigue mejorar la calidad de vida, tanto del enfermo como de su cuidador.
Las enfermedades que producen demencias, tales como el alzhéimer, son de tipo neurodegenerativas, es decir, que implican la muerte progresiva de neuronas del sistema nervioso. Esta pérdida progresiva de las células nerviosas es lo que origina los signos y síntomas neurológicos y neuropsicológicos de cada una de ellas.
En la actualidad conocemos la estimulación cognitiva como uno de los mejores tratamientos para personas con demencia, ya que, aunque la enfermedad progresa inevitablemente, sí se puede ralentizar el deterioro cognitivo y funcional desde una adecuada intervención.
Desde mSoluciona consideramos que es importante que los cuidadores de personas con demencia conozcan y se formen sobre dicha enfermedad para que puedan disponer de las máximas herramientas posibles y afrontar de una manera más eficaz dicha enfermedad.