Hablar de la vejez empieza a ser algo relativo ¿no te parece? Quizás los 70 años de ahora sean cada vez más parecidos a los 50 de antes. Pero lo cierto es que podemos hablar de distintas etapas de la vejez, cada vez más flexibles.
Porque ahora, hay muchas personas que llegan a la jubilación en forma. Que se cuidan, que llevan vidas activas y que hacen un montón de actividades. Sin duda algo muy recomendable y que afecta a la actitud de las personas. De hecho que mejora la actitud ante la vida en general.
El paso previo a la vejez o su antesala: entre los 55 y los 67 años
Es fácil identificar esta horquilla con edad. Hablamos de los últimos años laborables. En ellos afrontamos el trabajo con más tranquilidad. Quizás en algunos sectores se aprecie una pérdida gradual en nuestras capacidades.
Pero sobre todo si se trata de tareas especialmente físicas o que requieran de agilidad corporal. Por lo que podría manifestarse también un cansancio generalizado por los años de servicio.
Tampoco se puede generalizar ¡no es nada fácil! Porque hay personas que en previsión de que este pueda pasar, se preparan. Es decir, cuando su trabajo requiere de un particular desgaste, refuerzan otras habilidades que lo suplan o lo ralenticen.
En esta etapa se pueden manifestar desajustes en los patrones del sueño. Y también en las digestiones en general, sobre todo en personas más sedentarias. Porque podría reducirse su metabolismo basal y eso afectar a su cuerpo y funciones.
La pérdida de músculo o masa magra es ligeramente más rápida. Por eso nuestro cuerpo quema menos calorías para hacer el mismo trabajo. Aunque con una buena rutina de pesas o ejercicios específicos, esto se podría contrarrestar.
Entre los 67 y los 79 años somos oficialmente viejos
Podemos situar la vejez en este pequeño segmento. Aunque es fácil que oigas decir a alguien mayor que con 70 años todavía eres joven ¡sin duda! Porque lo cierto es que todo es cuestión de actitud.
Pero si nos basamos en los cambios físicos o celulares más habituales, esta es la vejez oficial. Porque sí que suele haber una mayor debilidad ósea. Incluso acompañada de dolor y propensión a las fracturas.
Y también otros órganos ven sus funciones inevitablemente mermadas: como en el caso de la vista o el oído. El normal. Sin embargo, todo esto va a depender de cómo asumas el inicio de tu jubilación.
¿Lo mejor que podemos aconsejarte? No tengas miedo, no te pongas obstáculos y no renuncies. Cuida tu alimentación y mantén una vida activa. Sal, realiza todas las actividades que te apetezca y ¡disfruta de la vida como quieras!
Después de los 80 ya somos ancianos
Todo lo que hayamos hecho durante las etapas anteriores se hará eco en esta. Es inevitable. Aunque hay muchas cosas que todavía se pueden hacer a los 80 años y después.
Quizás ha llegado el momento de dejarte cuidar y llevar una vida más tranquila. Pero si necesitas ayuda a domicilio, en MSoluciona Goya estaremos encantados de atenderte con la dignidad que mereces ¡llámanos!
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