La hidratación es un tema importante para todos, sin importar la edad. Pero, si hablamos de adultos mayores, se hace mucho más importante. A medida que pasan los años, se generan cambios fisiológicos que impiden una correcta hidratación. Lo que podría desencadenar una descompensación y fragilidad física en el individuo.
Importancia de la hidratación en mayores
Con la edad, el cuerpo va perdiendo periódicamente la capacidad de detectar la sed. De acuerdo con estudios, a partir de los 60 años este problema comienza a incrementarse y la persona se vuelve propensa a la deshidratación.
Igualmente, se sabe que la hidratación en las personas mayores se corresponde a la del resto de personas con edad superior a los 19 años. En consecuencia, la ingesta ronda los 2,5 litros para hombres y 2 para mujeres.
Por esto mismo, no siempre se debe esperar a que un adulto mayor tenga sed para beber agua u otros líquidos. Sino que se debe anticipar esa sensación y recurrir a la hidratación para prevenir cualquier problema de salud.
Consejos para una buena hidratación
Veamos algunos consejos para cuidar a nuestros mayores lo mejor posible.
- Si se realizan actividades físicas o se está en un ambiente con mucho calor, la ingesta debe ser mayor a lo recomendado anteriormente.
- Al levantarse se debería beber por lo menos entre uno o dos vasos de agua.
- Se debe tener una dieta rica en verduras y frutas acompañada de alimentos con buen contenido de agua.
- Incrementar la ingesta de agua en el momento de tomar medicamentos.
- Ingerir agua sin necesidad de que se genere la sensación de sed.
- Evitar en lo posible largas exposiciones al sol y en las horas más calurosas.
¿Cómo afecta la deshidratación en el adulto mayor?
La hidratación en adultos mayores es algo que se puede considerar delicado ya que trae como consecuencia aspectos como los siguientes:
- Boca pegajosa y seca.
- Disminución de la orina y con un color amarillo.
- Sequedad en la piel.
- Dolor de cabeza.
Del mismo modo, una deshidratación que involucre una perdida superior al 2 % del peso del cuerpo, afecta considerablemente factores físicos como la resistencia. Por esto mismo, las posibilidades de agotamiento y fatiga por calor aumentan considerablemente.
Además, de acuerdo a la edad y estado de la persona, el riesgo de muerte por deshidratación se alcanza cuando ésta presenta una pérdida entre el 15 y 25 % del agua corporal total.
Consejos para prevenir la deshidratación en adultos mayores
Así podemos evitar estos episodios de deshidratación en nuestros mayores.
- Ingerir abundante cantidad de agua y bebidas variadas como zumos y batidos.
- Disminuir el consumo de bebidas azucaradas como refrescos.
- Establecer medidas preventivas durante las oleadas de calor.
- Llevar consigo una botella para que podamos recordar la necesidad de ingerir líquidos.
- Permanecer a la sombra y en lugares frescos retirados del calor.
- Evitar esfuerzos o actividades físicas en horarios de mucho calor.
- Evitar que los adultos mayores vivan solos o sin supervisión.
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