Ejercicio físico en personas con Alzheimer

El ejercicio físico en personas con Alzheimer genera no pocos beneficios al cuerpo y la mente que debemos tener muy en cuenta, pues son cruciales para una mayor calidad de vida en edades avanzadas, y más cuando se padecen diversos tipos de demencias, tales como el propio Alzheimer, la más conocida y frecuente.

Actualmente, la enfermedad de Alzhéimer afecta a dos de cada diez mayores con 80 años. Si bien es cierto que este tipo de demencia posee un fuerte componente genético, diversos estudios prueban que modificar ciertos hábitos en nuestra vida cotidiana podría ayudar a prevenirlo o ralentizarlo.

Conocer esto es muy importante cuando hablamos de cuidado de mayores. Y como no podía ser de otra manera, uno de estos hábitos tiene que ver con la actividad física. Este tipo de actividad es fundamental para mantener un tren de vida sano dentro de lo que se conoce por envejecimiento activo y saludable. La idea errónea de que tras la jubilación debemos pasar a una situación vital pasiva y desentendernos de cualquier tren de vida activo no sólo es de por sí algo desencaminado, sino que además se trata de un prejuicio cuyas consecuencias prácticas pueden ser harto dañinas para nuestra salud. Para mantener una mejor salud en todos los frentes y retrasar los síntomas del envejecimiento físico, psíquico y neurológico, así como para prevenir enfermedades diversas como las demencias o amortiguar y minimizar sus síntomas y secuelas, es preciso que las personas de edad avanzada permanezcan activas en diversas facetas:

  • Continuar su actividad intelectual. La mente ocupada es de gran importancia para prevenir o amortiguar males físicos y neurológicos.
  • Proseguir su vida social. También es de crucial importancia que la persona anciana no se abandone a su propensión al aislamiento: ello significa que, por más que el duelo de la pérdida de seres queridos y personas coetáneas pueda arrastrarnos cada vez a una mayor soledad, es vital continuar manteniendo relaciones sociales y amistades para igualmente poder disfrutar una mayor salud psíquica, anímica y emocional.
  • Por supuesto, practica actividades físicas con regularidad. Ello es primordial para la salud cardiovascular y cerebrovascular, así como también ósea, muscular y articular. Las artritis y artrosis, tan molestas y dolorosas como frecuentes en la tercera edad, se pueden prevenir o suavizar considerablemente mediante el ejercicio físico. Lo mismo sucede con las demencias como el alzhéimer. El ejercicio físico en enfermos de Alzheimer es sumamente beneficioso, como no cesaremos de insistir.

Por lo tanto el ejercicio físico si ayuda a prevenir el Alzheimer, hasta el punto de que está demostrado que ser físicamente activo ralentiza e incluso corrige la evolución de muchas alteraciones cerebrales características del alzhéimer.

La enfermedad de Alzhéimer afecta a 36 millones de personas en todo el mundo –de hecho, se estima que cada siete segundos se diagnostica un nuevo caso– Su prevalencia se duplica cada cinco años tras haber cumplido los 60.

Aunque el tratamiento farmacológico está encaminado a frenar la evolución de algunos de sus síntomas, lo cierto es que este no reduce ni mucho menos revierte de forma sustancial las alteraciones cognitivas ocasionadas.

Síntomas del Alzheimer

Algunos de los síntomas característicos del azlhéimer son:

– Cambios de memoria que afectan a la vida cotidiana (olvidar información reciente)

– Dificultad para resolver problemas

– Dificultad para desempeñar tareas habituales

– Desorientación

– Dificultad para comprender imágenes y relacionar objetos

– Nuevos problemas en el lenguaje oral y escrito

– Colocar objetos fuera de su lugar habitual y ser incapaz de recuperarlos

– Disminución o falta de juicio para tomar decisiones

– Pérdida de iniciativa en el trabajo o actividades sociales

– Cambios en el humor o en la personalidad

Por ello, actualmente se impulsan terapias alternativas en el cuidado de mayores o de personas con alzhéimer, como la psicoterapia, la terapia cognitiva y el ejercicio físico. La propia OMS (Organización Mundial de la Salid) confirma que 150 minutos a la semana de ejercicio físico moderado mejoran la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro.

Beneficios de las actividades físicas en los enfermos de Alzheimer

Un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista científico-médica Mayo Clinic Proceedings analizó el riesgo de padecer alzhéimer en base a la actividad física realizada en los años previos en 23345 personas mayores de entre 70 y 80 años. En dicha investigación se demostró que aquellas personas que habían sido físicamente activas durante los 5 años previos tuvieron una posibilidad de desarrollar alzhéimer un 40% menor en comparación con las personas sedentarias.

Por lo tanto, los beneficios del ejercicio físico en personas con Alzheimer vienen siendo demostrados de forma científica y empírica.

Hacer ejercicio varias veces por semana durante 30 a 60 minutos puede brindar estos beneficios a las personas mayores que padecen Alzheimer.

– Mantener la capacidad de pensar, razonar y aprender en las personas sanas.

– Mejorar la memoria y las habilidades de razonamiento, juicio y pensamiento (función cognitiva) en las personas con enfermedad de Alzheimer leve o deterioro cognitivo leve

– Retrasa la aparición del alzhéimer en las personas en riesgo de padecer la enfermedad, o enlentecer su evolución.

Por lo tanto, la actividad física beneficia al cerebro, ya sea porque favorece la circulación de la sangre y también porque aumenta las sustancias químicas que lo protegen. La actividad física también suele contrarrestar parte de la reducción natural de las conexiones cerebrales que se va produciendo al envejecer.

En Msoluciona Goya, como expertos en el cuidado de mayores en Madrid, recomendamos que nuestros mayores realicen actividad física por estos y otros muchos beneficios.