asma y alergia en mayores

Las alergias en adultos mayores son cada vez más frecuentes, y pueden dar lugar a notorias complicaciones de salud. La primavera provoca la aparición de enfermedades en los ancianos como el asma y la alergia. Vivimos en tiempos en que el volumen de polen lanzado al aire cada año va aumentado cada vez más, y a ello contribuye poderosamente el cambio climático con su secuela de calentamiento global. Los ancianos suelen padecer problemas de las vías respiratorias, sea por enfermedades, problemas diversos, o mero envejecimiento físico y fisiológico. Lo cierto es que las alergias no son un problema que haya de ser tomado como si tal cosa, porque a muchas personas les ocasiona graves dificultades respiratorias.

Los cambios estacionales entre el invierno y la primavera traen consigo diversas enfermedades, sobre todo las relacionadas con el polen y la floración. Si el invierno se caracteriza por la aparición de gripes y resfriados, la primavera provoca la aparición de todo tipo de alergias, así como problemas de asma y enfermedades gastrointestinales. Enfermedades como el asma y la alergia afecta a los ancianos en primavera.

Alergia

La primavera es, por lo tanto, la época más temida para todos los alérgicos. La alergia afecta a personas de todas las edades, aunque los más afectados son los niños y los ancianos.

Los síntomas suelen ser comunes a todos los alérgicos, independientemente de la edad que tengan. Sin embargo, los mismos síntomas se pueden complicar más en niños y en los ancianos porque estos son más sensibles. La sintomatología general de las alergias primaverales se caracteriza por lo siguiente:

  • Irritación de los ojos, que puede ir desde una leve molestia hasta un más que notorio escozor que incluso provoque un copioso lagrimeo de los ojos, o el que estos puedan llegar a hincharse.
  • Picor de garganta, que igualmente puede darse en muy varios grados, y provocar también abundantes toses.
  • Dificultades respiratorias, que dependen del nivel de intensidad de la alergia. En algunas personas, se puede dar incluso una hinchazón de la faringe que amenace con obstruirla.
  • Abundante mucosidad y la consiguiente congestión nasal.
  • Astenia primaveral, que se manifiesta en una debilidad general y una cierta sensación febril. En muchos alérgicos, el grado de este síntoma es tal, que han de guardarse varios días de cama para restablecerse.
  • Este es otro síntoma que también se manifiesta a menudo en los procesos alérgicos en mayores, como en otros espectros de edad.

Las reacciones alérgicas pueden ser leves o graves. La mayoría de ellas consiste sólo en la molestia que causa el lagrimeo y el picor en los ojos, además de algunos estornudos. En el extremo opuesto, las reacciones alérgicas pueden poner en peligro la vida si causan una repentina dificultad respiratoria, un mal funcionamiento del corazón y un acusado descenso de la presión arterial, que puede acabar en shock. Este tipo de reacción, llamada anafilaxia, puede afectar a las personas sensibles en distintas situaciones, como poco después de comer ciertos alimentos, tras la toma de determinados medicamentos o por la picadura de una abeja. Las alergias en adultos mayores han de tenerse muy en cuenta, puesto que (sobre todo en conjunción con otros problemas de salud del anciano) pueden acarrear consecuencias muy negativas en su salud.

Asma

Hablamos ahora del asma, una de las más típicas en los ancianos durante esta época del año. El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada por episodios de obstrucción generalizada y variable de las vías respiratorias. El asma es un trastorno que provoca que las vías respiratorias se hinchen y se estrechen, lo que deriva en dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos. A pesar de que la aparición de alergias es menos frecuente en personas mayores de 60 años, el asma que se inicia en la vida adulta puede ser más persistente y resistente a los medicamentos, aunque a esta edad suele ser más frecuente el asma no alérgica.

Cuando hablamos de asma en los ancianos, distinguimos dos grupos de pacientes:

  • Aquellos que padecen la enfermedad desde jóvenes
  • Asmas de aparición tardía, muchas veces en relación con un episodio de infección respiratoria.

Los síntomas más frecuentes del asma en los ancianos

En algunos adultos mayores, la bronquitis puede confundirse con el asma. En ocasiones, una persona puede tener una enfermedad cardíaca y pulmonar al mismo tiempo, complicando aún más el diagnóstico de asma. Los síntomas puede ser confusos pero los más frecuentes son:

– Respiración con pitos en el pecho

– Tos prolongada, que puede ir acompañada de expulsión de moco

– Dificultad para respirar y sensación de ahogo

– Opresión en el pecho

Es importante tener en cuenta que los ancianos pueden tomar medicación para otras afecciones y que el medicamento que alivia un problema de salud puede ocasionar otro en forma de efecto secundario no deseado. En todo caso, la persona encargada de decidir cuándo toma o deja de tomar un medicamento una persona de la tercera edad será el médico de familia o el alergólogo, nunca el propio paciente o el familiar de este.

El familiar de una persona de la tercera edad con alergia o asma también tiene que ser consciente de que los mayores pueden sufrir cambios psicológicos y neurológicos que pueden afectar a sus posibilidades de tratamiento. Los trastornos depresivos y otras afecciones mentales como la demencia suponen tener una vigilancia especial sobre este grupo de pacientes.

A pesar de esto, el asma se puede combatir y los médicos cuentan con las herramientas adecuadas para ayudar a los ancianos a sobrellevar el asma y la alergia en primavera, no solo a tratar la enfermedad desde un punto de vista clínico sino también a escoger la mejor manera de manejar el asma diariamente.

Las alergias en mayores y el asma han de afrontarse resueltamente para evitar complicaciones de salud, sobre todo  respiratorias, y ello puede hacerse fácilmente con la ayuda de médicos y especialistas.