Entre un 30 y un 40% de personas que padecen alzhéimer podrían no estar diagnosticadas y solo un 20% de los casos se detectan cuando están en etapas leves. Estos son los datos proporcionados por la Sociedad Española de Neurología (SEN) con motivo del Día Mundial de la Enfermedad de Alzhéimer.

En nuestro país existe una proporción muy importante de demencias no diagnosticadas, especialmente en las fases más leves. Los motivos de que esto ocurra son, fundamentalmente, la falta de concienciación en la población general y una escasa planificación sanitaria.

Uno de los objetivos marcados en la lucha contra el alzhéimer es reducir el número de personas en las que se diagnostica esta enfermedad en fases avanzadas, pero también aumentar la sensibilización social, sobre todo con el objetivo de que se entienda que la causa de la pérdida de facultades y de la capacidad de hacer cosas no es única y necesariamente el envejecimiento.

No hay que olvidar que cerca de 600000 personas en España padecen alzhéimer y se estima, además, que esta cifra puede llegar a los 1,5 millones de personas dentro de 35 años. Cada año se detecta 400000 nuevos casos de esta enfermedad neurodegenerativa.

Cuando el paciente comienza a sufrir pérdidas de memoria, la enfermedad suele llevar ya años presente en su cerebro. Por desgracia, el error habitual es que las personas no suelen acudir al médico hasta que el alzhéimer no produce una disfunción o pérdida neuronal notable.

Para reconocer los síntomas, los expertos hablan de una regla conocida como la regla de las cuatro A y la C: amnesia (incapacidad para recordar hechos recientes); la afasia (dificultad para denominar objetos sencillos); la apraxia (dificultad en el manejo de utensilios o herramientas); la agnosia (dificultad para reconocer el entorno o las deficiencias en la propia memoria); y la conducta, especialmente si se presentan episodios de irascibilidad y apatía.

Por otra parte, la demencia es una de las principales causas de discapacidad en los países desarrollados y es la enfermedad crónica que provoca mayor dependencia. Esto supone que los pacientes requieren a un cuidador (en el 80% de los casos). En tiempo, un enfermo de alzhéimer necesita, de media, unas 70 horas semanales de cuidados. El gran número de horas de cuidado y la consiguiente pérdida de vida social hacen que el cuidador sufra estrés y depresión.

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