El método Montessori es cada vez más conocido a día de hoy por ser uno de los métodos más prestigiosos y emergentes para la educación infantil. Se trata de un método alejado de la enseñanza académica tradicional, caracterizada por una institucionalización que resulta opresiva y uniformizadora, y deformante de la personalidad del niño.
Este método, creado por la pedagoga, psicóloga y médica pediatra italiana María Montessori (1870-1952) a comienzos del siglo XX, es el más respetuoso de los derechos del niño y de su libertad y espontaneidad. Montessori se tituló en 1884, convirtiéndose en la primera mujer italiana en dedicarse a la Medicina. La idea de la creadora del método era que el desarrollo de las capacidades psíquicas del niño se llevase a cabo libremente y con materiales didácticos diseñados ex profeso para ello.
El método Montessori en bebés y en niños
Este método pedagógico tiene dos características esenciales y fundamentales que ya de entrada lo definen claramente frente a la pedagogía tradicional:
- Debe disponer de un ambiente preparado expresamente para ello. Además, debe tratarse de un entorno agradable, para facilitar una mayor independencia del niño en su aprendizaje. Deben formarse varios grupos distintos por edades. Los propios niños han de escoger qué actividades y juegos prefieren llevar a cabo, y en qué momento los abandonan.
- El profesor debe actuar como orientador y guía de los niños. El objetivo fundamental es que el niño adquiera las capacidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales necesarias, y que disfrute haciéndolo.
- El rasgo más esencial del método es la autoeducación, que no habrá de ser entorpecida u obstaculizada por el pedagogo. El contacto con las cosas, buscarlas y explorarlas, con consideradas formas de aprendizaje mucho más eficaces que la mera educación directa a través de lecciones y deberes.
Sin embargo, para alcanzar esa libertad que es la norma principal del método Montessori, los niños deben trabajar de forma ordenada, silenciosa y respetuosa, aunque siempre eligiendo libremente aquello en lo que quieren trabajar, lo que en cada momento desean aprender. Se trata de un entorno de aprendizaje estructurado donde no se deben vulnerar o quebrantar una serie de normas básicas que son explicadas previamente a los educandos de una manera lo bastante sencilla y comprensible.
El adulto solamente colabora a la autoconstrucción de las capacidades y personalidad del niño.
Método Montessori: origen
María Montessori funda su primera escuela de niños en 1900, y continuará sus experiencias e investigaciones para un libre aprendizaje infantil, hasta que el régimen fascista implantado por los camisas negras de Benito Mussolini en 1922 la obligue a exiliarse. Después, continuará su labor en varios países, como la España republicana, Gran Bretaña o los Estados Unidos.
Lo que la doctora Montessori había aprendido como pediatra desde sobre el aprendizaje infantil será lo que aplique a su novedosa y revolucionaria metodología. Tales principios serían los siguientes:
- El niño posee una mente absorbente de las experiencias y conocimientos que pueden adquirirse del entorno inmediato. Cuanto más positiva y sana resulte la experiencia infantil de adaptarse al entorno, mejor resultará para los progresos psíquicos y emocionales del niño.
- Periodos sensibles. Existen varios periodos especialmente sensibles para el aprendizaje en las edades más tempranas. Las capacidades se pueden adquirir con una facilidad y a un nivel inusitados en estos periodos, y es en ese momento donde se debe comenzar con ello, porque luego ya no vuelven. Tales capacidades son: lengua (1-3 años), sentido del orden (2-3 años), escritura (3-4 años), lectura de los números (4-5 años).
Para poner en juego estas capacidades y potencialidades de la manera más armoniosa, natural y espontánea posible, es necesario contar con un entorno agradable y unos materiales atractivos y diseñados expresamente al efecto.
El método Montessori también ha sido blanco de algunas críticas: el niño mal orientado puede desarrollar conductas disruptivas, dejar de aprender cosas necesarias sencillamente porque no le interesan en el momento, no enfrentar retos necesarios en el momento de aprendizaje en que debe hacerlo…
Sin embargo, con buenos pedagogos, es fácil evitar esos inconvenientes. El resultado es que el número de padres que optan por educar a sus hijos con este método va en aumento.