Bajo la denominación de Servicios de Ayuda a Domicilio o Servicios de Atención Domiciliaria se engloba el conjunto de procedimientos dirigidos a la atención y cuidados en el domicilio de una persona cuando, sea cual sea el motivo, deja de ser autónomo para llevar a cabo las actividades esenciales del día a día. Estas personas, aunque son en su mayoría ancianos, pueden también referirse a discapacitados o personas que hayan sufrido algún tipo de accidente o enfermedad.

Cuando tenemos la necesidad de contratar un servicio a domicilio, no nos conformamos con poco. Es importante tener en cuenta ciertos avales que nos garanticen que la empresa cumple con los requisitos legalmente establecidos. Pero, ¿cómo sabemos que una empresa de ayuda a domicilio cumple con todas las formalidades necesarias para dar un buen servicio?

Antes de firmar un acuerdo, debemos tener claro que la empresa en cuestión está autorizada por la Administración Pública. Ten en cuenta que aquellas empresas que no lo están no cumplen con la legislación vigente, por lo que si las contratamos nos arriesgamos a que el servicio prestado no cumpla con las garantías que nos merecemos, punto de suma importancia sobre todo en empresas del sector socio sanitario.

Para contar con la autorización de la Administración, es necesario superar un proceso que consta de dos fases.

  • Autorización. La Administración Pública competente (la Comunidad Autónoma de Madrid en el caso de mSoluciona Goya, decreta que la empresa cumple con las condiciones para garantizar un adecuado rendimiento en la prestación del servicio, cumpliendo con determinados requisitos como:
  1. La autorización por la Administración de Servicios Sociales (en la Comunidad de Madrid el órgano responsable es la Consejería de Asuntos Sociales).
  2. La licencia municipal.
  3. La inscripción en el Registro de Servicios Sociales.
  • Acreditación. La Administración Pública garantiza que la empresa reúne los estándares mínimos funcionales, estructurales y materiales de calidad que se exigen de forma reglamentaria.

Es decir, una empresa autorizada es aquella que ha sido reconocida para prestar unos servicios y una atención basados en unos criterios de calidad que afectan tanto a la propia organización y estructura de la empresa como a los profesionales que trabajan en ella. Este aval supone la tranquilidad de saber que la empresa garantiza unos servicios adaptados alas necesidades de cada persona y basados en unos criterios de calidad.